os enamorasteis,
y el fuego dio palabras a vuestros corazones.
Os unisteis y pronunciasteis las palabras
que unen vuestros cuerpos, vuestras almas yvuestros nombres.
Os prometisteis el uno al otro
que “mientras dure el amor”
lucharíais juntos por un tiempo,
pero ahora que el amor se ha enfriado,
que el tiempo ha pasado
como los frutos caen en la huerta
tras haber superado su madurez,
retomad el lazo que anudasteis, el cordel de seda,
y con vuestras manos juntas y firmes y una daga sagrada
desunid lo que unisteis con el Señor y la Señora como testigos.
A partir de ahora caminad como amigos y no lloréis más,
sonreíd por los recuerdos que guardáis.
Elizabeth Barrette
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