Numerosos paganos, brujas y magos tienen altares, al igual que los seguidores de determinados caminos espirituales, como el hinduismo, el budismo y el shintoismo. Un altar puede ser minúsculo y estar situado en un rincón escondido, o se puede tener toda una habitación llena de altares. Uno puede tener sólo algunos objetos en el altar, o una inmensa colección. Uno puede gastarse un montón de dinero, o ninguno en absoluto.
Si acabas de empezar o si tienes poco espacio, comienza por un altar pequeño. Puedes usar un rincón del tocador, una mesilla de noche, o una mesita específica, que te parezca que tiene la forma y el tamaño adecuados para ese fin. Un tocador o una mesilla de noche con un cajón son útiles para guardar artículos tales como incienso, velas y cosas semejantes. Puedes mandar construir un altar de acuerdo con tus especificaciones. Determinados rituales mágicos requieren altares con un tamaño y unas proporciones exactas. Por ejemplo, un “doble cubo” es una descripción estándar de un altar, que podría ser una caja de 50x50x100 cm. Si no tienes otra cosa, una caja de embalaje de madera tiene al fin las mismas proporciones que el doble cubo. Cúbrela con un mantel o cómprate una tela y tendrás un altar.
Algunas personas tienen toda una habitación para usar como templo, cuarto mágico o habitación para meditar. Tienen a menudo un gran altar principal en el lado este o el norte, y otros pequeños en los demás. Colocan sus instrumentos principales en el altar mayor, mientras que los situados en las demás orientaciones tienen artículos que pertenecen a los elementos de las mismas. Por ejemplo, un altar orientado al sur debería tener velas, y quizá también otros símbolos de fuego.
Los altares requieren arte y una organización global, pues de lo contrario se convierten en una simple colección de baratijas. Puedes encontrar lo que necesitas para tu altar en tiendas de todo a cien, ventas de segunda mano, festivales paganos, tiendas de artículos para magia, e incluso en tiendas corrientes, sin olvidarte de Internet.
Las brujas poseen símbolos del fuego, el agua, la tierra y el aire. Los artículos convencionales son una vela, una lechuza o una taza de agua, un plato de sal y un bastón de incienso en un soporte, aunque existen muchas formas de representar los cuatro elementos que suelen encontrarse en los altares paganos o de los seguidores de la wicca.
El símbolo más corriente para el aire es un bastón de incienso, aunque algunos usan un abanico de papel o, incluso, una pluma. Si usas incienso, necesitarás algún tipo de quemador para el mismo. Las cenizas de un palo de incienso resultan más fáciles de limpiar si tienes un soporte tipo bandeja, con un recipiente para las cenizas bajo el palito de incienso. Si utilizas incienso suelto, te hará falta un contenedor para el carbón de quemarlo. Podrá ser un incensario sofisticado o, sencillamente, un quemador de incienso de latón. Puedes utilizar algún tipo de plato resistente al calor, aunque suele ser más seguro disponer un poco de arena en el quemador y colocar el carbón sobre ella. Si usas tabletas de carbón, necesitarás tenerlas a mano, pero en lugar seco y oscuro, porque si cogen humedad no quemarán bien. A mí me resultan más fáciles los palitos de incienso, pero nada iguala el maravilloso aroma del auténtico incienso quemado con carbón.
El fuego se suele representar por medio de una vela, con frecuencia roja. Una vela votiva sobre un soporte es algo mucho más seguro que el fuego, y puedes obtener gran variedad de soportes votivos. Puedes tener velas de colores, soportes de colores, o ambas cosas. Puesto que muchas velas son perfumadas, reflexiona sobre si su fragancia se asocia en tu mente con ese elemento. Pienso que las velas rojas con perfume de canela funcionan muy bien como símbolo del fuego. Es posible que desees tener varias velas en tu altar, una en cada orientación, por ejemplo. Las correspondencias para las orientaciones más comunes en la wicca son el amarillo para el este y el aire, el rojo para el sur y el fuego, el azul para el oeste y el agua y el verde para el norte y la tierra.
Puedes simbolizar el agua con una taza, una copa, un cáliz, una concha o, incluso, con la imagen de una ola. Hay personas a las que les gusta combinar los símbolos, y usan una concha llena de agua. Puedes poner el agua en cualquier recipiente pero no lo llenes demasiado; no es bueno dejarlo con agua demasiado tiempo: acumula polvo y pelos de gato (si lo tienes, claro). Mantén el recipiente vacío, o llénalo y vacíalo con regularidad.
Los símbolos de tierra incluyen la estrella de cinco puntas dentro de un círculo, un pequeño cuenco o plato con sal, una piedra de color oscuro y una planta en una maceta de barro. Un platito de sal siempre es útil en el altar, porque es necesario para trazar el círculo de la wicca, y el agua salada se emplea a menudo para bendecir y limpiar. Es posible hacer la estrella de la forma más sencilla, dibujándola en un trozo de papel. Las más sofisticadas son de madera, cerámica y metal.
Quizá te apetezca colocar objetos que se asocian con un determinado elemento en la orientación propia del mismo: los símbolos del agua hacia el oeste, por ejemplo. Los objetos que, para ti, simbolicen al espíritu, ponlos en el centro. También puedes poner los artículos que se asocian a la diosa (el cáliz, la estrella dentro del círculo, el espejo) a un lado del altar, y los que se asocian con el dios (la figura de Athamas, la varilla) al otro. Los objetos que consideres que comparten los dos tipos de energía, o ninguna de ella, podrían situarse en el centro.
A menudo en los altares se encuentran diferentes objetos naturales, como piedras, plumas, cristales y conchas. Pueden ser cosas que hayas recogido personalmente o que te hayan regalado. Cuidado con comprar demasiados objetos para tu altar sencillamente porque son bonitos: un altar ha de ser un lugar para las cosas muy significativas, y no una colección de baratijas. La mayor parte de las personas colocan una estatua de la diosa, del dios, o de los dos. Deben ser representaciones de divinidades con las que realmente trabajas. Puedes tener más de una, y de hecho las estatuas de tres diosas son una tradición en determinados grupos. Procura que las estatuas sean proporcionales al tamaño del altar. Una estatua inmensa se tragará los artículos más pequeños, y una minúscula, por el contrario, se perderá entre las más grandes.
Algunas personas ponen fotos en su altar, como por ejemplo la de sus antepasados. Pueden ser las fotos de tus padres o de tus abuelos, o aun de aquellas personas que consideras que son tus guías y profesores espirituales. También puedes colocar representaciones de lugares sagrados, o de fenómenos naturales, como el arco iris, nubes de tormenta, cascadas, etc. Reflexiona sobre todo lo que la foto simboliza, antes de situarla en tu altar. Todo lo que pongas en él ha de contener un fuerte significado para ti. ¿Quieres realmente meter un tornado en tu vida?
Los altares han de ser bellos o, como mínimo, agradables a la vista. Es posible que desees modificar tu altar antes de cada fiesta religiosa que, para las brujas, son ocho al año. También es probable que cuando realices grandes hechizos cambies las cosas del altar. De todos modos, necesitas mantener tu altar de forma rutinaria. No debería estar nunca sucio o polvoriento; por ejemplo, la quema del incienso da lugar a cenizas que hay que limpiar de las superficies donde se posan. Tu altar cambiará a medida que tú cambies, con las cosas nuevas que entran en tu vida. Eso implica que habrás de retirar, tirar o guardar algunos artículos para que tu altar refleje en efecto tu práctica actual, y no la que tenías cuando construiste el altar por primera vez.
Tu altar es el centro de tu trabajo de magia. Desearás tener en él objetos específicos de tu vida y de tu práctica. ¿De qué te sientes orgullosa y qué deseas recordar a diario? ¿Cuáles son tus objetivos? ¿A quién quieres? ¿Adónde quieres ir? ¿Cuáles son tus ideales más elevados? Hazte ese tipo de preguntas para que te guíen en la construcción de tu altar.
Magenta Griffith